sábado, 5 de febrero de 2011

Te he guardado un atardecer espectacular en un pequeño tarro de cristal. Te lo dejo en la mesita, justo al lado de las gominolas con forma de corazón (y sabor a melocotón). Pero no tardes demasiado porque los corazones se pondrán duros y el atardecer se apagará. Nada es para siempre, por mucho que uno quiera.

3 comentarios:

  1. Si algo no se alimenta, termina por morir..
    Que bonito :)

    ResponderEliminar
  2. Hace pensar, esa entrada. Precioso :)
    Un beso.

    ResponderEliminar
  3. Será que tengo sed pero el atardecer me hizo pensar en un tarro de cerveza :( y no me digan borracho.

    ResponderEliminar