martes, 6 de julio de 2010

Grado a grado

Estiro este deleite en cada instante que respiro, y sin darme cuenta consumo vidas enteras en el tiempo que tardan mis dedos en erizar el bello de tus brazos. Mis suspiros se entrecortan con tu respiración, y nuestra realidad se distorsiona hasta que el todo lo conforma tu alma enredada en mi cadera.

No hay más, nada más.

Tu alma enredada en mi cadera.
Mi boca perdida en el ángulo que forman tus labios.
30 º.
Quizás alguno menos.
¿ 28º ?
Me pierdo en ellos.
Grado a grado.
Minuto a minuto.
Segundo a segundo.



5 comentarios: