viernes, 28 de mayo de 2010

Lo sencillo de lo cotidiano










Apagar el despertador. Ir a la cocina y poner la cafetera. Ir al baño y "uff vaya cara". Abrir la ventana de la habitación. Mirar el mar un par de minutos. Escuchar la cafetera. Servir el café (con leche fría) .Y, despertar. Ahora sí.

2 comentarios:

  1. Jiji
    a mí, que el café no me ha gustado nunca, y menos para despertar :)

    A mí me despierta un buen y congeladito vaso de zuuuuumo!

    cotidiano, de cualquier forma!

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