domingo, 4 de marzo de 2012

Arquitecto.

Yo, que quise hacerte una casa desde el primer día que miré tu cara. Yo, que hice agujeros en todas las paredes para que entrara el sol y te viese sonreír cada mañana. Yo, que planté flores por todos los suelos sin importar si era tierra de ayer, que pensé que crecería con el amor que te daría. 

Yo, que yo no soy arquitecto, no sé nada de hacer los cimientos y tu casa se me hundió. Una mañana de un uno de enero, de un año que yo creía nuevo elegí el camino más corto y ahora estamos mucho más lejos. Y lo mejor de toda esta historia, lo mejor es que yo a ti te quiero y el amor del que yo te quiero no lo tira ni el frío ni el viento.



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