Se me quedaron los pies fríos de esperarte. Las luces eran tenues y la respiración de Avril ronroneando sobre la cama acompañó mis pensamientos hasta el borde del sueño. Cerré los ojos, y tu silueta se dibujó entre los contornos de mis pestañas. Sonreías. Casi podía distinguir tu olor madera húmeda.
Me acabo de enamorar de tu blog!!! enhorabuena :)
ResponderEliminarsi te apetece visítame www.elenabautistamartin.blogspot.com
Me gusta mucho leerte, pasaré por aquí a menudo.
ResponderEliminarUn saludo desde Abril ;)