sábado, 11 de diciembre de 2010

Confieso que...

...huiría de aquí contigo cogido de mi mano. Me escondería en el rincón más recóndito de este feo mundo allí dónde, al inspirar, uno se pueda nutrir del amor del otro. Dónde las sonrisas se transcriben en pentagramas que sonorizan nuestros acontecimientos de terciopelo, esos que nos vemos obligados a crear en cada instante que compartimos. Y perderme entre tus manos, unir tus huellas dactilares a las asimetrías de mi piel, rellenar cada rincón hueco de mi cuerpo con tu voz de viento y tu sabor a cielo.

3 comentarios: