jueves, 3 de junio de 2010

Te observo a contraluz

Me hago la dormida mientras espero que tu respiración se acompase al ritmo de mi corazón. Y cuando lo hace, abro los ojos y te observo entre la luz que se cuela desde fuera. Se perfila la forma de tu cuello y de tus hombros, de tus brazos y tu cintura, acostado de lado, junto a mí.

Me quedo dormida, pero cambio mi postura para estar más cerca de ti. Y tú, dormido, coges mi mano entre la tuya. Tus dedos se enredan con los míos, mis yemas juegan con tu palma.

Tu respiración continúa al ritmo de mis latidos.
Mis latidos continúan al ritmo de tu respiración.

Te giras y tu cara se cuela en el hueco entre mi cuello y la almohada.
Tu exhalación me estremece, eriza mi cuerpo, me abraza.

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