Me haré pensar en ti, mientras me duermo. 
Mientras me sueño. 
Y los alaridos de mi piel se convertirán en suaves susurros al roce de tus yemas. 
Te estaba pensando, mientras la luz me cegaba al comenzar el día. 
Y te estaba pensando, continuamente, mientras la rutina me obligaba a dejar de pensarte. 
Pero soy fuerte, soy inmensamente fuerte, y te sigo pensando mientras los segundos de mi vida salen en tu búsqueda. Y me planto y les pregunto, ¿pero dónde vais si ni siquiera sabéis por dónde empezar? Y ellos me responden, “tus latidos nos guían, y tus sonrisas nos confirman”.
 
 
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