El despertador del vecino. Uhhmmmmm, ¿qué hora es? Noto tu respiración en mi nuca. Te mueves buscando mi barriga con tu mano. Suena nuestro despertador. Me arrastras hacia ti. Buenos días mi amor. Te beso. Me abrazas. No, no jueges por ahí. Vamos a llegar tarde. Sonríes, te encanta ver que mi cuerpo te obedece más que a mí. Te odio. Te quiero. ¿Café con leche fría nene? Haz las tostadas mientras me ducho. Tengo hambre. Has quemado el pan. Que sí, que este tostador es raro. Qué tonto eres. Me hueles el pelo y sonríes. Adoro tu sonrisa. Te beso. Te muerdo el labio que sabe a nocilla. Por la tarde tenemos que ir a comprar que la nevera está vacía. Es la hora, no llegamos. Ve llamando al ascensor mientras cojo el bolso. Me pinto los labios en el espejo del ascensor. Me besas. Te beso. Paramos en el 4º, la anciana del perrito blanco sale a pasearlo. Buenos días. Sonríes. Llegamos al portal, ¿quedamos para comer? A las 2 en el Balandro. A las 2 y 10 mejor. Vale. Un beso. Te quiero. Te vas a por la bici. Yo espero el bus y te veo pasar. Me dices adiós. Sonrío.
Qué bonitas son tus mañanas (:
ResponderEliminarMis mañanas son más de: ¿Por qué has puesto ese despertador, quítalo me molesta, ¿vas a desayunar? pues no me quites los zumitos de piña que quedan!
:)
En fin, me voy con una sonrisa a la cama después de leerte. Beso :)
Qué cosa más tierna! :) Yo también quiero algo así.
ResponderEliminarEse es el precioso costumbrismo. El amor no debería morir nunca ;))
ResponderEliminarBesos con mucho sueño
quiero muchas más mañanas como esa :)
ResponderEliminarTan cotidiano y a la vez tan milagroso, verdad?
ResponderEliminarpreciosa entrada
:) Me han venido ahora mismo millones de recuerdos felices de mis mañanas en otra vida y en otro lugar...
ResponderEliminarAllanita